No puedo comenzar de otra forma que dándote las gracias infinitas por el cariño y la felicidad que nos has regalado.
Solo tú y yo sabemos la compañía que me has hecho y las penas que me has ayudado a sobrellevar...
Hace nada que llegaste a nuestras vidas y ya no estás, que injusto ha sido esto, yo imaginaba para ti una vida larga a nuestro lado, pensé que nos haríamos mayores juntos, que nos cansariamos de pasear, de ir a bañarnos y que los achaques llegarían a la vez para todos... pero esto que ha sucedido no me lo habría imaginado jamás.
Hoy, me ha ofendido que salga el sol, porque tú ya no estás aquí para disfrutarlo, ya no podremos salir a pasear juntos, ya no me recibirás moviendo el rabito cuando llegue a casa, ya no llorarás cuando se vaya Jose sin ti.
Ahora la casa no es la misma sin tu alegría, se ha quedado muda y triste, vacía...
Que tristeza, que soledad, que pena tan grande...
Cuando se fue Rony, me quedó tu enorme consuelo, ahora tú ausencia duele hasta en el alma.
Desde esta mañana descansas junto a Rony,¡ espéranos ! que algún día nos reuniremos allí de nuevo, mientras eso llega quiero que le enseñes a Rony todos esos rincones del monte de Luelmo en los que hemos sido tan felices, llévalo a que conozca nuestra peña...
Solo me queda el consuelo de saber que has sido un perro feliz y de que te hemos querido con locura.
Siempre te llevaré en mi corazón, no olvidaré ni uno solo de los momentos maravillosos que hemos vivido juntos.
Hasta siempre mi bebé.
MONTSE
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