ASI LLEGÓ ELVIS

El domingo 25 de octubre del 2010, recibo un sms de Ana diciéndome que se ha encontrado un cachorrito abandonado y que lo ha llevado para casa.
Yo que no quería perros mientras viviera Rony, le dije que debía buscarle una casa, pero al verlo tan chiquito y desvalido se me olvidó todo; poco podía yo imaginarme ese día, que llegaba la alegría a la casa y que comenzaba una de las etapas mas felices de mi vida.
Al día siguiente le tocaba la vacuna a Rony, y ya aprovechamos para llevar a Elvis también y que comenzaran con sus vacunas y le hicieran una revisión.  Nos dijeron que tenia un mes, que estaba sano y que se haría un grandullón.
Como era tan pequeñito le hicimos una cunita y le poníamos una bolsa de agua caliente para que no pasara frío, Ana le ponía a su lado un osito de peluche, que por cierto le duro mucho tiempo, y teníamos que prepararle papilla para que comiera, fue como tener un bebé en casa.
Era una bolita negra, sin pelo en la tripa, glotoncillo y travieso, le encantaba que lo subiéramos al sofá y acurrucarse a nuestro lado.
Su cuarto era la biblioteca, se comió algunos libros, mordió la pata de la mesa de estudio, arañó la pared y hasta arrancó un trocito de rodapié; para los amantes de los animales eso son gajes del oficio ¿verdad?. Es lo que toca con un cahorrito, armarse de paciencia.
Que nostalgia me producen ahora esos recuerdos, tan cercanos y tan lejos a la vez...