ELVIS

No es lo mismo regresar a casa ahora, que cuando estaba Elvis.
La primera cuna que le compramos, la destrozó enterita, y también rompió dos bolsas de agua caliente y a la primera mantita le hizo un siete enorme, pero esa aún la tenemos, esta guardadita con la primera mantita de Rony.
En el momento que le pusieron todas las vacunas y ya pudo salir a la calle, empezamos a salir de paseo, cada vez nos marchábamos mas lejos, lo soltabamos y le encantaba correr detrás de las piedras; aunque también descubrimos que se tiraba a los coches, a las motos y a las bicis.
Él se lo pasaba genial y nosotros más viéndole correr y saltar, daba unos saltos increíbles, parecía una gacela.
Ana se lo llevó alguna vez a Zamora y también al embalse, pero como se hizo tan grande y tenia tanta fuerza llegó un momento en el que ya no podía con él.
Era un travieso, pero cuando le metíamos en la bañera para bañarlo parecía otro perro distinto, se quedaba quietito y relajado, solo había una cosa que no le gustaba: el secador por la tripita.
¡¡Como disfrutábamos con él!!
Cuando tenia ocho meses, se clavó una espiga en la oreja y se lastimó una patita, encima, coincidió que estábamos los dos solos en casa y hasta el día siguiente no pudimos ir al veterinario, recuerdo cuanto sufrí esa noche viéndole cabecear y con el dolor de la patita......
Le pusieron una inyección para la patita y le anestesiaron para quitarle la espiga, al rato ya estaba tan feliz, y nos fuimos al León Felipe a esperar a Jose, allí nos sentamos en un banco y se nos acercó un perrito blanco que comenzó a lamerle las orejita, que listos son los animales.......
Que dolor nos causa su ausencia, irradiaba alegría y se le notaba tanto el cariño que nos tenia....
¡¡Por siempre con nosotros mi Elvis!!